Según la Wikipedia: "La petición de principio, o petitio principii es una falacia que ocurre cuando la proposición a ser probada se incluye implícita o explícitamente entre las premisas". Es una de las principales falacias usadas por los creyentes y se enmarca dentro del grupo de falacias basadas en eludir la carga de la prueba. Se da en dos casos:
a) Cuando la conclusión se apoya en una premisa, caso llamado círculo vicioso.
Ejemplos:
Dios existe porque lo dice la biblia y la biblia es cierta porque se escribió por personas inspiradas por dios.
El Monstruo de Espagueti Volador existe porque lo digo yo mientras Él mueve mi boca con su apéndice tallarinesco.
b) Cuando una o varias premisas son dudosas.
Ejemplos:
Dios existe. Él odia que disfrutemos del sexo. Luego disfrutar del sexo el malo.
Una civilización de patatas fritas en patines nos controla. Luego no somos dueños de nuestros actos.
La iglesia católica y demás sectas no hacen más que pretender imponernos una moral basada en una terrible falacia de petición de principio del tipo b. Las principales premisas en que basan sus conclusiones sobre moralidad son dos: Que dios existe y que le debemos devoción y obediencia respetando lo que supuestamente dejó escrito en tal o cual libro sagrado o nos transmite a través de la mente de patatín o patatán iluminado.
¿Qué tiene de malo que yo disfrute del sexo sin hacer daño a nadie? ¡Nada! ¿Que a dios no le gusta que yo disfrute del sexo? Pues primero demostrad que tal dios existe y segundo explicadme por qué tengo que hacerle caso (más allá del tema del castigo, lo cual me parece patético. Yo no necesito ni premios ni castigos para ser ético y no dañar a los demás. Menudos interesados los que solo lo hacen por eso. ¿Van al cielo los egoístas?).
Por lo pronto, hasta que los teístas no aporten pruebas de que sus premisas son ciertas, lo cual creo que no pasará nunca, debemos pasar de ellos (en cuanto a conductas moraes), no hacerles caso y basar nuestra forma de vida en la razón y el respeto.
Para una información más completa sobre esta y otras falacias, visitad Uso de Razón.
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22 may 2007
25 abr 2007
Religión y falacia Ad Ignorantiam
Un argumentum ad ignorantiam es aquel que pretende demostrar la veracidad o falsedad de una proposición en base a la ignorancia sobre la misma. Por ejemplo:
No se ha demostrado que dios no exista, por tanto, dios existe.
Es cierto que los ateos caeríamos también en esta falacia al decir:
No se ha demostrado que dios exista, por tanto, dios no existe.
Sin embargo existen notables diferencias entre ambos razonamientos:
Lo primero es que es imposible demostrar científicamente la inexistencia de algo. Por ejemplo, nadie puede demostrar que no existen “Los Pitufos”, pues no podemos observar simultáneamente todos los rincones del universo. Sin embargo, sabemos que lo más probable es que no existan, pues son una ficción creada por la mente humana sin ninguna base observable y cuantificable. Del mismo modo, existen infinitos seres y objetos cuya inexistencia no podemos demostrar, como el “Monstruo de Espagueti Volador”, la “Tetera de Russell” o la “Unicornio Rosa Invisible”. Sin embargo, ante estos seres y objetos no mantenemos una posición agnóstica (no posicionarse sobre su existencia por falta de conocimiento) ni mucho menos creyente. Sin embargo con dios no sucede esto, y si lo hacemos así en base a que en dios cree mucha gente y en los otros seres y objetos nadie, no hacemos otra cosa que caer en la falacia ad populum.
Lo segundo, es que en la falacia ad ignorantiam emitida por los teístas, se rompe el principio Probat qui dicit, non qui negat, es decir, incumbe la prueba al que afirma, no al que niega. Se cae por tanto en la falacia de eludir la carga de la prueba, que consiste en no aportar pruebas o argumentos que sostengan una afirmación y/o pretender que el oponente aporte pruebas de la falsedad de dicha proposición. Esto es como si yo ahora digo “todas las personas tienen un punto microscópico e invisible en el interior del cerebro con el cual nos controla una civilización extraterrestre formada por patatas fritas con patines”. “Estas loco” me diría la gente, incluso los teístas. A lo que yo respondería “Mientras no demostréis que es mentira, tendreis que aceptar la veracidad de mi afirmación”. Ridículo ¿Verdad? Pues eso.
Respecto a este tema, os recomiendo fervientemente el siguiente enlace al artículo:
Demostración matemática de la inexistencia de dios.
No se ha demostrado que dios no exista, por tanto, dios existe.
Es cierto que los ateos caeríamos también en esta falacia al decir:
No se ha demostrado que dios exista, por tanto, dios no existe.
Sin embargo existen notables diferencias entre ambos razonamientos:
Lo primero es que es imposible demostrar científicamente la inexistencia de algo. Por ejemplo, nadie puede demostrar que no existen “Los Pitufos”, pues no podemos observar simultáneamente todos los rincones del universo. Sin embargo, sabemos que lo más probable es que no existan, pues son una ficción creada por la mente humana sin ninguna base observable y cuantificable. Del mismo modo, existen infinitos seres y objetos cuya inexistencia no podemos demostrar, como el “Monstruo de Espagueti Volador”, la “Tetera de Russell” o la “Unicornio Rosa Invisible”. Sin embargo, ante estos seres y objetos no mantenemos una posición agnóstica (no posicionarse sobre su existencia por falta de conocimiento) ni mucho menos creyente. Sin embargo con dios no sucede esto, y si lo hacemos así en base a que en dios cree mucha gente y en los otros seres y objetos nadie, no hacemos otra cosa que caer en la falacia ad populum.
Lo segundo, es que en la falacia ad ignorantiam emitida por los teístas, se rompe el principio Probat qui dicit, non qui negat, es decir, incumbe la prueba al que afirma, no al que niega. Se cae por tanto en la falacia de eludir la carga de la prueba, que consiste en no aportar pruebas o argumentos que sostengan una afirmación y/o pretender que el oponente aporte pruebas de la falsedad de dicha proposición. Esto es como si yo ahora digo “todas las personas tienen un punto microscópico e invisible en el interior del cerebro con el cual nos controla una civilización extraterrestre formada por patatas fritas con patines”. “Estas loco” me diría la gente, incluso los teístas. A lo que yo respondería “Mientras no demostréis que es mentira, tendreis que aceptar la veracidad de mi afirmación”. Ridículo ¿Verdad? Pues eso.
Respecto a este tema, os recomiendo fervientemente el siguiente enlace al artículo:
Demostración matemática de la inexistencia de dios.
10 abr 2007
Religión y Argumentum Ad Baculum

Nota: Este blog se llama Ad Baculum porque es mi favorita entre las falacias esgrimidas por la igesia.
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